Para que la revolución proletaria estalle y se desenvuelva transformando toda la sociedad consigo, tiene que concentrar en un solo acto -o una serie de actos- las contradicciones más importantes de la realidad social donde se desarrolla.
La labor del Partido de la Clase Obrera es desarrollar el programa que plantee las transformaciones sociales que den solución a estas contradicciones que atraviesan la sociedad. Pero estas soluciones no pueden verse como un esquema mecánico, sino que conllevan un entrelazamiento de los diferentes actores que intervienen y su unidad. Unidad que en muchas ocasiones realiza con antagonismos e intereses encontrados, que pasan en algunos momentos a un primer plano, mientras que en otros momentos salen de escena para poner de relevancia los aspectos unitarios de la relación.
Nuestro Partido asume el desafío de llevar adelante un análisis de clase en conjunto con una práctica transformadora que tiene por objetivo en el corto y el mediano plazo la construcción de un movimiento amplio que llene el vacío de representación que vive la clase obrera. En este marco es que frente a un nuevo Día Internacional de la Mujer Trabajadora nuestro Partido entiende necesario plantear:
– Desde hace unos años se concentran y marchan en el centro de Montevideo y en varios lugares del país decenas de miles de mujeres, movimiento que no paró inclusive durante la pandemia. Indiferentemente a que diversas organizaciones sociales se autoproclamen las convocantes o tengan intenciones de dirigir esta movilización, la amplísima mayoría de quienes participan se autoconvocan. Y esto sucede en gran medida porque los contenidos de esta movilización expresan los problemas objetivos que viven las mujeres en nuestra sociedad, problemas como violencia de todo tipo, diferentes formas de opresión o explotación específicas, problemas económicos, entre otros.
– Desde hace algunos años también han venido surgiendo diferentes ideas que atacan al movimiento de mujeres y que vienen socavando la capacidad de éste de dar diferentes luchas. Estos ataques surgen fundamentalmente de dos lugares: por un lado, la teoría queer que niegan la existencia de la mujer rechazando la realidad objetiva del sexo biológico, y por otro, las ideas obreristas que niegan que las mujeres trabajadoras tengan problemas y demandas específicas. Estas dos ideas confluyen en el borrado de las mujeres, tanto como existencia objetiva como con negar sus problemas específicos.
– El movimiento feminista, a pesar de tener un rol progresivo en la sociedad tiene un carácter burgués, es decir, no rebasa el horizonte de las relaciones económicas capitalistas de nuestra sociedad y tienen eje en reformas, denuncias y visibilización de lo que sufren las mujeres en nuestra sociedad. Pero por su contenido de clase es incapaz de transformar radicalmente la sociedad en que vivimos, condición necesaria para erradicar la opresión y la explotación a la que se ven sometidos millones de mujeres.
– Sólo construyendo un gran movimiento de mujeres que asuma una perspectiva socialista y confluya en un gran movimiento de la clase obrera se podrá lograr una transformación de la sociedad que permita superar las relaciones de opresión a las que hoy se ven sometidas las mujeres.
– Sólo un movimiento de clase que tome como propio las demandas y problemas de las mujeres podrá desarrollarse ampliamente y lograr involucrar al conjunto de la clase obrera en la lucha por la emancipación social.
– Por esto es por lo que el problema de la mujer es parte integrante del programa de la revolución y en consecuencias tiene que ser uno de los pilares fundamentales de un gran movimiento que pretenda representar a los intereses de la clase obrera.
Bajo estas premisas, nuestro Partido saluda a las mujeres que cada 8M salen a la calle para expresarse y destaca el hecho de que pese a la carencia de una convocatoria concreta salen a manifestarse, lo que demuestran lo real de los problemas específicos que sufren las mujeres y cómo esto genera su predisposición a organizarse para enfrentarlos y transformar la realidad.
Lo anterior remarca la importancia de no escatimar esfuerzos en la práctica cotidiana por organizar y promover esta justa expresión de lucha en el objetivo de dar una solución real y efectiva a estos problemas específicos que son parte de los problemas generales de toda la clase obrera en su conjunto.