La corte electoral anunció la fecha del 27 de marzo del próximo año para realizar el referéndum por la derogación de los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración. Los dos principales bloques políticos del país se enfrentan en una instancia de voto directo obligatorio donde nuestro Partido entiende importante intervenir y realizar una serie de puntualizaciones:
– La LUC expresa los intereses de sectores de la burguesía aliada al capital financiero, más precisamente los vinculados al agro-negocio, la pequeña burguesía industrial y sectores intermediarios que viven de la importación de mercancías, representados políticamente en los Partidos que conforman la coalición de gobierno. La misma se plantea una serie de reformas que tienen como objetivo avanzar en el marco jurídico que ayude a profundizar el ajuste en curso que viene sufriendo la clase obrera y sectores de la pequeña burguesía, siendo la primera la más afectada, así como tomar medidas previsorias que ayuden a la contención y represión de cualquier reacción de las clases afectadas por estas políticas.
-Evidentemente, políticas como la promoción del gatillo fácil por parte del aparato represivo del Estado, las medidas que apuntan a regimentar aún más la práctica sindical, la promoción de medidas fiscales que apuntan a recortar servicios públicos como salud, vivienda y educación para volcar esos “ahorros” en las arcas de la burguesía entre otras medidas impulsadas por el gobierno, deben de ser enfrentadas por la clase obrera a través de la movilización constante de sus fuerzas, mediante la paralización de actividades y/o la afectación del normal funcionamiento con piquetes, medidas que hoy no están siendo planteadas.
– La crítica que se hace a la LUC como “antidemocrática” o “ley ómnibus” por contener una gran cantidad de artículos que representan diversas áreas de la gestión del Estado concentrados en un solo proyecto de ley es absolutamente demagógico. Toda la política parlamentaria se desarrolla, y desarrolló siempre, tras bambalinas y de forma inconsulta a los trabajadores. Basta con ver el proceso de cualquier discusión de ley presupuestal (que tiene el mismo carácter de “ley ómnibus”) para entender que ésto es la regla. Que la izquierda plantee hoy que la metodología de aprobación de esta ley tiene un carácter antagónico con su forma de gobierno es una farsa que debe ser denunciada y desenmascarada.
– Centrar la discusión política en LUC sí, LUC no, es distraer la atención de la mayoría de la clase obrera de los problemas esenciales que hacen a sus condiciones de vida, y también, sacar de eje el verdadero problema que tiene el país que es su estructura económica, que nos condena, gobierne quien gobierne, a sufrir las consecuencias de una crisis económica que viene de larga data, de la cual el país nunca se pudo recuperar.
– Este escenario, pone en el centro el enfrentamiento entre dos programas burgueses: el de la coalición de gobierno por un lado y el de la izquierda conducida por el Frente Amplio por el otro; dos programas que han demostrado más de una vez su ineficacia para combatir los males antes mencionados. Esto en los hechos, significa utilizar el Referéndum como un campo de batalla pensando ya en las próximas elecciones nacionales mientras se continúa impunemente y con el acuerdo de ambos sectores, con la crisis y el ajuste hacia la clase obrera.
Esto también es un intento de la izquierda de socavar los apoyos con los que hoy cuenta el gobierno en los sectores populares y movilizar a su militancia para ganar apoyos de cara al proceso electoral siempre sin afectar el pacto social ya que no existe un interés en enfrentar el ajuste en marcha.
– Particularmente se hace necesario rechazar y denunciar la táctica del oportunismo político y de la burocracia sindical que no hace más que hacerle el juego al gobierno asegurando la paz social y mandando a la gente a sus casas canalizando el descontento social por vías institucionales sin que los culpables se vean afectados. De la misma manera, es necesario denunciar también y combatir a aquellos sectores de la izquierda, supuestamente críticos a la burocracia, que se suman a esta farsa con discursos “combativos” y, supuestamente, levantando un “programa propio” que no está en discusión en ningún lado, salvo en la imaginación de sus dirigentes.
Los referéndum son una herramienta inconducente
Las instancias de Referéndum, así como los plebiscitos sirven pura y exclusivamente para alimentar las aspiraciones democráticas de los trabajadores, legitimando el actual régimen, lo que aleja a la clase obrera de encontrar salidas reales a su situación..
Así lo demuestra la historia reciente en donde la mayoría de estas iniciativas terminaron en el fracaso, o incluso peor, la voluntad popular ha sido completamente ignorada ya que una vez finalizadas las instancia de consultas los gobiernos han avanzado en sentido contrario a lo expresado en las urnas.
Ejemplos como este pueden ser los plebiscitos de ANCAP y OSE respectivamente, donde actualmente se discute y/o se implementa la asociación con privados (lo que fue rechazado en la consulta), el plebiscito del agua en 2004 donde al año siguiente el recientemente electo presidente retrocede en la posición definida por este, el plebiscito de “No a la baja” en donde la mayoría de las propuestas rechazadas fueron reconsideradas y aprobadas en el parlamento pero con otro nombre y el último caso de la Reforma de “Vivir sin miedo”, donde se puso el centro en una militarización de la seguridad pública que ya existía y en donde el Poder Ejecutivo actual avanzó aún más en su concreción a través de algunos artículos de la LUC -casualmente no incluidos por la izquierda en el referéndum (¡sic!) y adelantó sus intenciones de seguir legislando en este sentido.
Esto demuestra efectivamente que la consigna de “ser legislador por un día” que levantan algunos dirigentes políticos en relación a el referéndum solo es una burla que intenta lavarle la cara a la democracia burguesa y ocultar que, en este sistema, las leyes se redactan y aprueban entre cuatro paredes. Para cumplir las necesidades de la mayoría de la sociedad, es necesaria la movilización y la lucha y no colocar un sobre en una urna cada cierta cantidad de años.
Llamamos a movilizarse y anular el voto en el próximo referéndum
En esta oportunidad, la anulación del voto cumple el papel efectivo de expresar el rechazo a los dos programas que se expresan en la arena electoral, el del gobierno y el del Frente Amplio, además de servir como escenario de denuncia de los intentos de desviar la atención de los principales problemas que afectan al país.
Este escenario debe servir para levantar un programa que auténticamente defienda los intereses de la clase obrera, los trabajadores y la pequeña burguesía pauperizada, clases que necesitan con urgencia una intervención política contundente para salir de la desesperante situación en la que se encuentran.
Es necesario romper con el falso bipartidismo de la izquierda y la derecha. Tenemos que construir una tercera fuerza alternativa que se convierta en una herramienta de la clase obrera en la concreción de su programa histórico levantando los objetivos de la conquista del Poder Político para sentar las bases del socialismo.
¡Denunciemos la farsa democrática de la consulta “popular”! ¡Enfrentemos a la Coalición Multicolor y a la izquierda hegemonizada por el Frente Amplio como las dos caras de la misma moneda que son! ¡Anulemos el voto y organicémonos para enfrentar el ajuste de nuestras condiciones de vida!